El Parque Natural de la Bahía de Cádiz es un espacio de contrastes donde la tranquilidad de las marismas se encuentra con la fuerza del océano. Más que un lugar para visitar, es un ecosistema vivo que te invita a la calma y a la observación. Con sus salinas, dunas y la riqueza de su avifauna, este parque es un santuario natural y un rincón de la historia de Cádiz.

Un paraíso para los amantes de las aves

Si tu pasión es la observación de aves, has llegado al lugar perfecto. El parque es un refugio vital para especies migratorias, un lugar donde el cielo se llena de vida. Aves limícolas, como la cigüeñuela o el chorlitejo patinegro, buscan alimento en las orillas de los caños. Los flamencos pintan de rosa las lagunas con su elegante figura, creando un espectáculo inolvidable.

La historia del hombre y la sal

El paisaje del parque ha sido moldeado por la mano del hombre. Las salinas, que fueron una industria próspera durante siglos, son ahora un elemento más del ecosistema. Caminar por las orillas de las antiguas salinas es un viaje al pasado, donde el sol y el viento eran la clave del negocio. Puedes visitar el Centro de Visitantes del Parque o la Casa del Parque, donde podrás conocer más sobre la historia de las salinas y la biodiversidad local.

Senderismo y ciclismo: las mejores rutas

El parque es un lugar excelente para explorarlo a pie o en bicicleta, con una red de senderos que te permiten adentrarte en sus paisajes.

• Sendero de la Punta del Boquerón: Una ruta que te lleva desde la Playa de Camposoto hasta la Punta del Boquerón, con vistas al Castillo de Sancti Petri.
• Sendero de las Marismas de Sancti Petri: Un recorrido ideal para observar de cerca la vida de las marismas y las aves.
• Parque de los Toruños: Este parque, dentro del natural, es perfecto para un paseo en bicicleta con la familia, con rutas señalizadas y sin dificultad.

Un lugar para desconectar

El Parque Natural de la Bahía de Cádiz no es para la aventura extrema, sino para la tranquilidad. Es un lugar para dar un paseo en bicicleta con la brisa marina, para detenerte a fotografiar un ave en vuelo o simplemente para sentarte en un mirador y dejar que la calma de la marisma te invada. Es un recordatorio de que a veces, lo mejor que puedes hacer en la naturaleza es simplemente ser un observador silencioso.

Trucos y recomendaciones para tu visita

Respeto y silencio: Para no molestar a la fauna, mantén la distancia, evita los ruidos fuertes y sigue los senderos marcados.

Horarios para avistar aves: Las mejores horas para observar aves son al amanecer y al atardecer, cuando la marea está baja y se alimentan. El Parque de los Toruños, en El Puerto de Santa María, es un lugar muy accesible para ver muchas especies.

Lleva prismáticos y cámara: La fauna del parque es su principal atractivo. Para apreciarla en todo su esplendor, unos prismáticos son esenciales.

Elige la marea adecuada: La marea baja es ideal para ver aves alimentándose en los fangos. La marea alta es perfecta para observar la marisma llena de agua. Consulta las tablas de mareas antes de ir.